Atracando en la cultura popular

En 1990 Ron Gilbert nos trajo esta aventura influenciada por la atracción de “Piratas del Caribe” de Disneyland y una misteriosa novela piratesca, “En Costas Extrañas”, de Tim Powers. Junto a Dave Grossman y un jovencísimo Tim Schafer dieron forma a esta comedia de piratas en cuatro disquetes con una banda sonora de “reggae piratesco” de la mano de Michael Land.

“The Secret of Monkey Island” repetía el motor “SCUMM” que había facilitado tanto la jugabilidad en las aventuras de la época y añadía el concepto “morir no es divertido” de Ron Gilbert, marcando finalmente un distanciamiento total con Sierra On-Line, su mayor rival en la época. Hasta entonces en las aventuras gráficas podías dejarte un objeto que no te dejase terminar la aventura o morir y tener que comenzar de nuevo, con esta filosofía podías disfrutar del juego sin temor a este abrupto final.

Una historia original, humor desternillante, un sistema de juego cómodo e intuitivo que no castiga cruelmente al jugador… ¿aún nos preguntamos porqué fue un total éxito?

Su éxito llevó a reediciones en CD con banda sonora mejorada, versiones para Amiga, Atari, MS-DOS, versiones a 256 colores… y finalmente la esperada secuela.

“Monkey Island 2: LeChucks Revenge” apareció en 1991, justo un año después de su predecesor. El malvado pirata fantasma antagonista de la primera entrega vuelve en forma de zombi para vengarse de Guybrush por frustrar sus planes de boda con Elaine. Como no podía ser de otra manera mantuvieron el espíritu, el humor y los personajes del original, aunque continuaron innovando, esta vez con el sistema iMuse. Este sistema, creado por Land junto a Peter McConell permitía que la música del juego se fuese adaptando a la acción del personaje dentro del mismo, creando la atmósfera perfecta.

“LeChuck’s Revenge” goza con un éxito muy similar a su primera parte, aunque tiene un detalle que lo hizo trascender y crear la leyenda que se ha forjado durante décadas, su extraño final. Un final abierto que crea más incógnitas que las que despeja, dejando a sus fans totalmente confundidos y con una pregunta que se hacían con cada vez más frecuencia: ¿Cuál es el secreto de Monkey Island?

La aventura… ¿continúa?

Seis años tuvimos que esperar para una nueva entrega, “The Curse of Monkey Island”, que vería la luz en 1997. Pero… ¿es esta la historia que estábamos jugando? Ron Gilbert abandonó la entonces LucasFilms Games el mismo año de publicación de la segunda entrega, pero los derechos se quedaron en Lucas. Jonathan Ackley y Larry Arhen recibieron entonces el encargo de continuar aquel misterioso final con una tercera entrega que, lejos de ser una decepción, es la favorita de muchos amantes de la saga.

“The Curse of Monkey Island” nos trajo una estructura muy similar a “The Secret of Monkey Island” con una innovación espectacular desde el último juego de la saga: voces, banda sonora orquestada, una interfaz que dejaba atrás los verbos y objetos de la parte baja de la pantalla apostando por un botón de inventario y un puntero que se convertía en una moneda con acciones… además de ser la primera aventura de LucasArts en tener gráficos al más puro estilo “cartoon”. Lo que se mantenía incorruptible era el sentido del humor, los personajes que tanto nos habían gustado y la implementación de otros como la calavera parlante Murray que es ya todo un icono de la saga.

Además, fue el primer juego de la saga en aparecer directamente en CD-ROM, bueno, ¡en 2 CD-ROMS!

No sería la historia que Ron tuvo en mente, pero hasta él mismo señaló grandes aciertos en esta continuación apócrifa que encandiló a los fans y atrajo a muchos nuevos jugones a la saga.

La saga continuó en las horas bajas de un género que había quedado prácticamente abandonado con “La Fuga de Monkey Island”, juego que fue denostado casi unánimemente. Sean Clark y Michael Stemmle fueron los encargados de esta cuarta entrega en el año 2000 que cerró el ciclo de las aventuras gráficas de LucasArts.

Este último seguía los pasos de Grim Fandango (así como su motor, el GrimE): renderizado en 3D y abandonando el point & click por controles de “tanque” con el teclado que dificultaba el movimiento y la jugabilidad. La historia se iba por unos derroteros sobre el fin de la piratería a manos de un promotor inmobiliario que quería hacer del Caribe un destino turístico libre de piratas, dejando el espíritu de la saga bastante desdibujado en una entrega en la que la música es el elemento que más brilla y más personalidad mantiene gracias a Michael Land. Incluso LeChuck había pasado a un segundo plano como villano.

Pese a su aparición también en PlayStation 2 las aventuras gráficas tenían los días contados y Monkey Island quedaría en un cajón hasta casi una década después.

Resucitando la leyenda

En 2009 aparecieron varios proyectos sobre Monkey Island.

LucasArts anunció un remake con voces, nuevos gráficos y nueva banda sonora de “The Secret of Monkey Island” (al que le siguió un remake de “LeChuck’s Revenge” un año después) que contenía la versión original y comentarios de los desarrolladores. Fue la primera aventura que no pudimos disfrutar con las voces en español, tónica que continuaría en entregas posteriores.

Pero fue todavía más interesante el anuncio que hizo TellTale Games: En una colaboración con LucasArts y con Dave Grossman y Michael Stemmle liderando el proyecto se ponía en marcha “Tales of Monkey Island”, una quinta entrega anacrónica de la saga. Las aventuras gráficas estaban resucitando y el rey volvía a alzarse.

Pese a que Ron Gilbert no estuvo implicado al 100% en el proyecto participó en el brainstorming de esta historia en algún punto no muy claro de la saga. Murray, la calavera parlante, volvía a aparecer, pero LeChuck mantenía su forma zombi de Monkey Island 2 y las dudas eran evidentes. En su defensa, sus creadores lo denominaron “historias que ocurren en el universo de Monkey Island”, queriendo ser ésta, en un principio, una quinta parte un tanto libre de ataduras.

El formato esta vez sería episódico (tónica habitual de TellTale) con cinco capítulos que formaban la historia del juego. Sería el primer juego en ser totalmente diseñado en 3D aunque volviendo al formato point & click y también el primero en tener una tirada muy limitada en formato físico, siendo prácticamente una rareza encontrarlo. No pudimos disfrutar de las voces en español y tampoco de los textos, ya que nunca se llegó a adaptar en nuestra lengua. Por suerte pudimos contar con una traducción hecha por fans para así poder jugar a esta entrega. Esta aventura apareció en consolas como Wii o Playstation 3 en formato digital, confirmando que las aventuras gráficas ya no son juegos exclusivamente de ordenador.

El juego generalmente gustó. El público estaba emocionado por ver la vuelta de Guybrush en nuevas aventuras y que estas contaran con parte del equipo original. Comenzaba a oirse la pregunta: ¿hará algún día Ron Gilbert su Monkey Island 3a?

En 2012 Disney compra LucasArts y se queda con los derechos y licencias de sus juegos. Ahora si alguien quería recuperar los derechos de Monkey Island tenía que hablar con el ratón Mickey, que no lo iba a poner fácil. En 2017 la compañía decidiría cerrar ese cajón para siempre y LucasArts cerró definitivamente.

En April’s Fools de 2022 Ron Gilbert hizo la broma, “he decidido hacer un nuevo Monkey Island”. Tres días después Revolver Digital publicó un teaser que confirmaba que “Return to Monkey Island” estaba en desarrollo para contarnos el final que Ron había pensado para su Monkey Island 3 y en septiembre de ese mismo año pudimos jugarlo. Ron Gilbert y Dave Grossman llegaron a un acuerdo con Disney para utilizar la IP y les ofrecieron libertad creativa, única condición para desarrollarlo, poder hacer el juego que tenían en mente.

“Return to Monkey Island” se sitúa en un punto indeterminado, parecido a Tales aunque continuando de forma aparente con el final de “LeChuck’s Revenge”, con Guybrush contándole historias que ha vivido a su hijo. Cuando el pequeño Threepwood le pregunta por el secreto de Monkey Island comienza la auténtica aventura conclusiva que llevábamos 30 años esperando.

Esta entrega fue criticada por su arte, que le acercaba a un aspecto más moderno pese a conservar el point & click en 2D con unos escenarios que recuerdan bastante a las primeras dos entregas. Con el juego terminado las críticas fueron bastante mixtas sobre todo en cuanto a la resolución del juego y de la saga en general. Volvemos a no tener voces en español y la tirada física del juego era muy costosa y limitada, aunque apareció en formato digital en todas las plataformas del momento como Nintendo Switch, Android, Playstation 5 o Xbox Series X/S.

Tres décadas y tres juegos separan la obra original de Ron y muchas cosas han pasado por medio, parte de su vida también. Él tenía una historia clara (en la que Guybrush y Elaine no acaban casados, por cierto), pero muchas cosas fueron apareciendo, para bien y para mal, y las acabó adaptando para que tuviesen cabida en ese universo que él había creado y otros habían expandido. Su forma de pensar y ver las cosas también habían cambiado y “Return of Monkey Island” es, en parte, reflejo de ello. Es un juego sobre la saga, sobre lo que ha significado, sobre lo que sigue siendo y lo que será en un futuro. Historias de piratas que nos han acompañado y entretenido durante años que no todo el mundo aceptó de buena gana. Un regalo envenenado dedicado directamente a nosotros.

Tras “Return” la puerta queda abierta a nuevas historias y aventuras de Guybrush, pero ahora sabemos el secreto, ahora todo será distinto.

Pero… ¿cuál es el Secreto de Monkey Island?

No pretendo hacer spoiler, para mí el secreto de Monkey Island es su poder para engancharnos a estas historias, para disfrutarlas, para enamorarnos de sus paisajes, banda sonora y personajes. Es reírnos a carcajadas con su humor disparatado y rejugarlos con la misma ilusión que cuando éramos críos.

El secreto de Monkey Island es que ha sabido conectar con el público, que tiene detrás a gente con cariño por la saga que intentará aportar lo mejor de sí en caso de que haya una nueva aventura. Pueden ser mejores o peores (todos tenemos nuestro ránking particular), pero he de decir que no me he aburrido con ninguno, aunque algunas partes me pudieran parecer más tediosas que otras.

El Secreto de Monkey Island es disfrutar jugándolo.

Blas Macías

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