Hubo una época en que los proveedores de internet luchaban por conectarnos a la máxima velocidad (de entonces) llegando a la friolera de 56K, el máximo que permitían las líneas telefónicas de cobre (en el rango de frecuencias de voz para el que fueron esas líneas pensadas originalmente).
Y para ello, las compañías punteras de la fabricación de modems desarrollaron sus propios protocolos incompatibles entre sí: X2 de 3Com/USRobotics y K56Flex de Rockwell/Lucent.

Hablamos del año 1997, cuando aún no se había inventado el acceso a Internet de banda ancha: la archi popular ADSL. Que aunque discurría sobre el mismo par de cobre, no tenía la limitación del ancho de banda de las frecuencias de la transmisión de voz humana.

Logo de la tecnología X2 que lucían los módems de USRobotics.
Logo de la tecnología K56flex que lucían los módems de Rockwell.

Estos módems aprovechan la modulación de código de pulso (PCM) utilizada en los sistemas de telefonía pública digital más nuevos y la pérdida cercana a cero que tienen estos sistemas. La idea era transmitir señales de audio predeterminadas que se traducirían directamente en códigos de pulso PCM específicos que el sistema telefónico podría enviar hasta los módems receptores en el punto de acceso del proveedor de servicios de Internet (ISP).

Al ser completamente digital hasta el ISP y de regreso, significa que no se pierden datos por el ruido de la línea o la conversión analógico/digital y, por lo tanto, se pueden transmitir más datos.

Mientras estos dos protocolos incompatibles entre si (X2 y K56flex) luchaban en el mercado, la ITU ratificó el estándar V.90 en 1999 para trabajar a estas velocidades.
Y lo que resulto ser único en esta versión de módems fue que los fabricantes realmente previeron el desarrollo del estándar V.90. En el pasado, los fabricantes se apresuraban a comercializar su propio estándar patentado. Esto significaba que para que las conexiones funcionaran a la mayor velocidad posible que ofrecía su hardware, era necesario tener el módem del mismo fabricante en ambos extremos de la conexión. Esto fue a menudo un dolor de cabeza: cuando salía finalmente el estándar, siempre era adoptado por los fabricantes de módems, y los estándares nunca han sido compatibles con los protocolos propietarios previos, lo que significaba que cualquiera que comprara uno de los primeros módems que salían al mercado con el protocolo propietario se quedara con un hardware inútil.

Pero para evitar que los clientes, que ya habían padecido en el pasado la problemática de tener que desechar los módems al aparecer los estándares de la ITU, dejaran de comprar sus productos, a la espera del estándar, en este conjunto de módems, los fabricantes colocaron EPROMs para que pudieran actualizarse rápidamente al estándar V.90 cuando saliera (y en algunos casos al estándar v.92), y los anunciaban como actualizables.
Este supuso una estrategia wim-win para los consumidores y los fabricantes de módem.
Especialmente para los ISP (que requerían de grandes cantidades de módems: uno para cada usuario que se quisiera conectar a internet a través de ellos) porque ninguno quería apostar por x2 o K56flex y terminar teniendo que substituirlos más tarde si resultaba que apostaron mal.

Pero en la guerra entre Motorola y Lucent, por un lado, y US Robotics y Texas Instruments, por el otro (Motorola y Lucent desarrolladores del protocolo llamado K56flex, y US Robotics que presentó X2) el gran ganador fue Brett Townsend, el ingeniero inventor de la tecnología empleada para los módems de 56K, que llevó la lucha por sus patentes al extremo.

Townshend poseía cinco patentes sobre la tecnología subyacente en esos módems y, después de prolongados juicios, exigió royalties que en su punto máximo ascendieron a 2.50 dólares por módem. Lo que le dio suficiente dinero para seguir defendiendo las patentes durante años. Todavía en 2004, consiguió llegar a un acuerdo con los vendedores que habían estado usando su invento durante años sin pagar royalties.

Pese a todos los problemas que le causó, dijo que fue menos complicado que poner en marcha su propia empresa de módems.
En una entrevista de 2004 en Network World declaró: "Me dije: Esto es algo fácil de hacer... Puedo licenciar esto a personas que ya están en el negocio de los módems. No tengo que comenzar a competir con ellos o montar mi propia distribución.”.

← Ver otros artículos